Al principio de sus Anales, Quinto Ennio (239-169 a.?C.) cuenta que Homero se le apareció en sueños para revelarle que él era su reencarnación. Y, desde luego, la influencia que Ennio ejerció en la literatura latina posterior es prácticamente comparable a la de Homero en la griega. Nacido en Calabria, su lengua materna era el osco, pero dominaba a la perfección tanto el griego como el latÃn. Sus innovaciones literarias son de tal calado que señalan el paso del perÃodo arcaico al clásico en las letras latinas. A pesar de que sus obras no se nos han transmitido directamente, las citas de otros autores son tan numerosas que han servido para reconstruirlas en buena medida. La más importante, los Anales, era un poema épico en dieciocho libros que narraba la historia de Roma desde su fundación a la época del autor y que, hasta la publicación de la Eneida, fue un elemento esencial en la formación del espÃritu nacional romano. Ennio escribió también una veintena de tragedias (adaptaciones de originales griegos, generalmente de EurÃpides), algunas pretextas y paliatas (géneros teatrales caracterÃsticamente romanos), sátiras, epigramas, poemas didáctico-filosóficos, etc. Antes de Ennio nadie habÃa sido capaz de acomodar a la literatura latina géneros y metros de origen griego. Introdujo el hexámetro dactÃlico y adaptó al latÃn por primera vez numerosos helenismos, tales como «musa», «poema» o «poeta». Ennio influyó en muchos autores latinos posteriores, de los que Tito Livio, Virgilio, Cicerón y Varrón son sólo unos ejemplos.