Como portero estrella de la liga de hockey sobre hielo, vivo conforme a tres sencillos principios: 1. Mantener una imagen impecable. 2. Esforzarme al máximo en el hielo. 3. No irritar a los jefes demasiado. Lo estaba petando hasta que un percance dañó mi imagen. Ahora, la directiva me exige que recupere mi reputación entrenando a un grupo de chavales. Y vaya si me estoy encariñando con esos increíbles mocosos, así como con la coordinadora del programa, Kendra. Estoy decidido a demostrar mi valía, pero la atracción que siento por Kendra me pilla totalmente por sorpresa. Ella mantiene la guardia alta, pero a mí me gustan los retos. Las instrucciones de la junta directiva son claras: Debo mantenerme alejado de Kendra. Pero hay una razón por la que soy el mejor. Nunca permito que nadie se interponga en mi camino.