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Si tiene que ser, es la primera novela que leí de Irnee. He de confesar que si bien la segunda lectura que hice de esta autora, Abrázame si o te quiero, me gustó bastante, con esta no terminé de conectar ni con la historia ni con los personajes. Lo que más me gustó de este libro es que es muy real y muy fácil el imaginar a los personajes, y aquí debo quitarme el sombrero con Irene porque la creación de personajes tan humanos denota habilidad y maestría con la pluma, de verdad quiero felicitarla porque me impresionó y cautivó lo bien construidos que están, tanto que oía sus voces en mi cabeza. Esta novela romántica nos mete de lleno en pleno salseo hospitalario (temática muy recurrente en la obra de Irene dada su profesión como profesional de la enfermería), ¿quién es el médico que más liga en el hospital?¿quién tiene relaciones pasajeras de una noche?¿qué ha pasado en el ascensor? Vaya, que los programas del corazón ya podrían aprender de esta novela. Aunque la historia trata de transmitirnos un mensaje mucho más allá de cambio y evolución como persona. Recuerdo que, cuando lo leí, los personajes masculinos no me cayeron en gracia, y, creo, que si lo leyese a día de hoy, les sacaría muchas pegas al verlo tras las gafas violetas. No obstante, no soy fan de este género pero trato de ser objetiva y creo que es una novela que los y las amantes de la romántica disfrutarían bastante, en especial si sienten predilección por el ámbito sanitario y el voluntariado. A esta novela le doy un dos y medio, pero os animo a quienes la romántica es vuestro género predilecto a que le deis la oportunidad y, si lo habéis leído, me comentéis vuestras impresiones porque, debido a la pluma de la autora, no me cabe duda que habréis apreciado la lectura.